I don't love you || Kaisoo
No hay otra razón.
Me arrepiento de no haber dicho nada.
Perdóname u olvídame.
No te amo.
Las cafeterías siempre son lugares perfectos para una cita, pedida de mano e incluso para rupturas. Por ello, la cafetería a la que siempre acudía le pareció perfecta para esa ocasión. Sin embargo, a horas del encuentro, cambió de parecer. En aquella cafetería habia conocido a su novio. En ese mismo lugar tuvieron su primera cita y, por consiguiente, su primer beso. En aquella mesa ubicada en un rincón del lugar, casi como ocultándose, habían decidido vivir juntos. Fue todo el ambiente y luminosidad que irradiaba el lugar, el cual los había visto madurar, que lo hizo cambiar de opinión. ¿Por qué arruinar un bonito lugar con una ocasión triste? Aunque no fuera considerado totalmente triste para él. En lo absoluto, pero consideraba que si lo iba a ser para su pareja, y lo que menos quería a estas alturas, era ocasionar mas dolor.
Antes de llegar al trabajo, cuando pasó por aquella cafetería y decidió que no era un lugar apropiado para lo que planeaba hacer, se encontró con un viejo amigo de la universidad. De hecho, fue el chico con el que compartió habitación en sus años universitarios. Aquel amigo con el que compartía sus historias y canciones, pues este solía acompañar su canto con bellas notas provenientes de su vieja guitarra. Aquel alto amigo al que ahora debía llamar "productor musical" y que estaba próximo a casarse, en un mes según recuerda. Ese mismo amigo quien le recomendó un restaurante hermoso al que podía ir con su pareja. Fue así, que exactamente una hora después, escribió un mensaje de texto a su pareja informándole que había cambiado el lugar de su cita.
KyungSoo termino su trabajo antes de la hora de la comida, por lo que decidió descansar un rato antes de dirigirse a aquel restaurante. Por su mente pasaron muchas cosas, desde que haría después de aquel almuerzo hasta como sacar todas sus cosas del departamento que compartía con su pareja. Incluso se le paso por la mente el cómo deshacerse de aquel anillo que había comprado hace más de medio año, cuando creía que tenía un lazo muy fuerte con su pareja y que compartiría toda su vida con el. Aquel anillo que llevaba en su bolsillo siempre, y que significaba más de lo que él podía manejar. De hecho, aun se cuestiona el por qué compro ese anillo. Tal vez fue la emoción del momento, esa emoción de aquellos días en los que ver a su novio era todo en lo que podía pensar.
Las noches hablando por teléfono, las citas después del trabajo, las reuniones con amigos e incluso las cenas familiares. El sentimiento de haber encontrado al amor de su vida, o por lo menos eso creía en ese entonces. El amor lo habia golpeado muy fuerte, sus sentimientos lo eran en ese entonces, pero ya no. Se habia acabado, y habia comprobado por si mismo que a veces, el amor no es suficiente.
Ya no te amo
Estoy seguro que ya lo sabes
Incluso cuando te veo derramando lagrimas
Mi corazón no siente ningún dolor
Los toques en la puerta de su oficina lo sacaron de sus pensamientos. Su secretaria se asomo por la puerta y le informo que ya habia acabado con todo lo agendado para ese día, que era libre de irse. Vio la hora en su teléfono y confirmo que tenia el tiempo suficiente para llegar a su cita con JongIn.
Era hora. Hora de terminar con todo.
KyungSoo guardó el anillo en su bolsillo, pues lo había sacado mientras pensaba en él, y se levantó para salir de su oficina no sin antes coger su saco. El día de hoy lucía un traje color azul acero, traje que había escogido JongIn hace un mes atrás. Su camisa era blanca, como siempre solía usar a pesar de todos los comentarios de JongIn que le decían que usara otros colores, colores más brillantes porque "Hyung, tu piel es muy blanca para usar prendas del mismo color."
Ese día KyungSoo no había llevado su auto, por lo que le tocó caminar todo el recorrido hacia el restaurante. En el camino le llego un mensaje de JongIn informándole que ya estaba dirigiéndose al lugar. Aquel mensaje le hizo sentir algo nervioso pero a su vez le dio la seguridad que necesitaba. La seguridad que le decía que estaba bien lo que iba hacer, que de hecho ya era hora de hacerlo. Y no es que KyungSoo no haya amado a JongIn, lo amó, mucho en realidad. Pero el tiempo es un mar de posibilidades y cada segundo es efímero. El amor que sentía KyungSoo se evaporó y solo dejo paso a la rutina, aquella rutina que si bien no era incomoda, lo limitaba de posibilidades.
KyungSoo sabía que JongIn lo amaba, que incluso sus padres amaban a JongIn y que todo el mundo le decía que hacían la pareja perfecta. Y si antes adoraba escuchar esas palabras, ahora solo eran un recordatorio de lo que vivió pero que deseaba dejar atrás. Aún era joven, 29 años no son nada. Y JongIn también lo era, solo un año más joven que él. Así que confiaba que el otro podría encontrar otra pareja al igual que él esperaba hacerlo.
Justo antes de entrar al restaurante, vio como JongIn se acercaba a paso lento hacia él.
Pantalones azules con una camisa azul claro debajo de un suéter rojo vino. La usual cámara colgando en su hombro y una bolsa de regalo en la mano. La típica sonrisa adornando su rostro mientras lo veía fijamente y agitaba la mano en señal de saludo. Solo ver esa sonrisa lo hizo sonreír al instante porque ese era el JongIn sonriente del que se enamoró, el chico al que solía amar.
JongIn le robó un beso cuando llegó hasta él para luego abrirle la puerta como el caballero que era. Un mesero se acercó a KyungSoo cuando ambos entraron, para después dirigirlos a la mesa que ya había reservado. Una mesa con vista al pequeño jardín que se encontraba en el lugar. Después de mirar la carta que el mesero les había entregado, JongIn alzó la mano y se hizo cargo del pedido de ambos mientras KyungSoo lo miraba fijamente.
Habían estado tanto tiempo juntos que JongIn sabía perfectamente sus gustos, incluso para ya no pedir su opinión. KyungSoo se hizo cargo de pedir un vino tinto, pues consideraba que lo necesitaba para la ocasión. Frente a él, JongIn le sonreía brillantemente mientras le contaba como había ido la sesión fotográfica que había hecho para la revista en la que trabajaba. Le contó de sus aflicciones sobre la sesión que tendría en un par de días y de cómo en el camino hacia el restaurante había tomado unas fotos para su portafolio personal. Incluso prendió su cámara y le tomo una foto no sin antes pedirle que sonría porque "Tu sonrisa es la más bella del mundo".
KyungSoo le sonrió tan brillantemente que sus ojos se achinaron y sus mejillas dolieron un poco, pero JongIn se veía feliz así que lo soportó. Con la comida ya en la mesa, ambos comenzaron a disfrutar de cada platillo servido. JongIn siempre con una sonrisa y KyungSoo algo pensativo pues no decidía el momento exacto en el que le diría aquello a JongIn. A lo lejos pudo escuchar un "¿Te encuentras bien?" por parte de JongIn a lo que él se recrimino mentalmente por haber estado encerrado en sus pensamientos y no regalarle un grato momento a JongIn, como último recuerdo de ambos. Con un "Estoy bien" sumado de una sonrisa pudo borrar aquella mueca de interrogación que tenía el otro en el rostro. JongIn se relajo y empezó a hablar sobre los planes que tenía para sus próximas vacaciones. KyungSoo lo dejo seguir con su charla, siempre sonriéndole para que supiera que estaba atento a sus palabras.
El estrepitoso sonido de un plato rompiéndose lo hizo despertar y girar su rostro hacia el lugar del incidente. Con el rostro girado, KyungSoo pudo ver como un mesero recogía los restos de aquel plato mientras una imagen aparecía detrás de él. Un recuerdo. De esa mañana.
KyungSoo estaba parado frente al gran ventanal de una cafetería mientras veía como una pareja discutía. Parecía que el joven estaba terminando su relación con la linda chica de vestido celeste mientras ella gritaba. KyungSoo pudo ver como la misma chica tiraba la taza de café que se encontraba en su mesa mientras algunas lágrimas empezaban a correr por su rostro. KyungSoo recuerda que esa fue una de las razones por las que decidió no verse con JongIn en ese lugar. Él no quería verse en una situación así. No quería que JongIn se viese así.
"KyungSoo", escuchó que JongIn lo llamaba.
KyungSoo giro y se encontró con el rostro lleno de duda de JongIn. Una sonrisa por parte de él volvió a disipar aquel sentimiento en JongIn pero esta vez KyungSoo agrego un "Ya vuelvo" para después levantarse de la mesa y dirigirse a los servicios.
El agua que empapaba su rostro logro disipar algo de aquel sentimiento de pesadez que sentía en su cuerpo, mas aun después de ver el regalo que JongIn tenía para él, pues cuando KyungSoo se levanto de la mesa pudo ver de reojo el contenido de la bolsa. Era un álbum de fotografías. Seguro las fotografías que JongIn se encargo de revelar hace unos días. Fotografías de ambos.
Aun sabiendo de aquel regalo, KyungSoo salió de los servicios decidido a decir lo que quería en ese momento. Sin embargo, al salir de los servicios, pudo ver a JongIn a través del gran ventanal que cubría las pocas mesas que se encontraban cerca al patio del recinto y se detuvo. JongIn estaba mirando algo en su cámara para después dejarla a un lado en la mesa. Pareciera que estaba algo disgustado con las magas de su suéter porque JongIn las estaba doblando un poco. Luego, saco su celular y comenzó a verse a través de la cámara, supuso KyungSoo, mientras se acomodaba el cabello.
Y fue como un golpe, un golpe en el estómago.
KyungSoo tenía a alguien bueno a su lado y estaba a punto de dejarlo ir. JongIn era atractivo, más que muchos chicos que ha visto en su vida. También era dulce y atento. Siempre se preocupaba por él y lo cuidaba. JongIn lo amaba, tal vez demasiado. Y sobre todo, JongIn era un buen partido al cual sus padres amaban y el cual él amó. KyungSoo no quiere imaginar la reacción de JongIn al decirle que quiere acabar con su relación. No quiere lastimarlo, no quiere verlo sufrir por él. Tampoco quiere pensar en la reacción de sus padres, de sus amigos, de todo el mundo que los conoció a ambos como pareja. Es por eso que cuando JongIn se da cuenta de que él lo está mirando a lo lejos, KyungSoo le hace una seña para que se acerque. JongIn duda pero lo hace.
Ahora KyungSoo sabe qué hacer.
Con una sonrisa en el rostro, KyungSoo saca el anillo que tiene en el bolsillo y le pide a JongIn que le dé su mano. El anillo se desliza suavemente por el dedo de JongIn mientras este lo mira algo sorprendido y avergonzado a la vez. KyungSoo suelta la mano de JongIn y pronuncia un suave "Casémonos". En seguida puede sentir como JongIn lo besa en los labios y lo abraza, su rostro quedando recostado sobre el hombro de su ahora futuro esposo.
Ya no quiero decir nada
Eso es todo
Así es como me siento realmente
Ya no te amo
En su interior, KyungSoo siente que hizo algo bien pero el vacío que siente en el pecho, y que ha sentido desde hace un tiempo atrás, sigue ahí. Es por eso que no puede evitar soltar un suspiro que JongIn confunde como alivio pues segundos antes había soltado un "¿Estabas nervioso por esto?".
KyungSoo desliza su mirada por todo el lugar hasta toparse con unos ojos conocidos, aquellos ojos que vio esta mañana.
Chanyeol, aquel amigo al que ahora debe llamar "productor musical", lo mira fijamente desde una mesa que comparte con un chico más bajito. KyungSoo no puede evitar reconocer que su amigo se ha vuelto más guapo de lo que era en la universidad. Y cuando Chanyeol le guiña el ojo y se muerde el labio, KyungSoo no puede evitar sentir un revoltijo en su estomago, justo como esos que solía sentir cuando estaba en la universidad y se perdía entre los edificios con él.
KyungSoo sonríe levemente.
Son esos segundos en los cuales olvida que JongIn lo abraza y que probablemente Chanyeol se encuentre almorzando con su futuro esposo. Información que se asegurara de confirmar horas más tarde, cuando haga uso de la tarjeta que le dio Chanyeol en la mañana y lo llame. KyungSoo aun recuerda la forma en la que Chanyeol se despidió de él en la mañana. Un beso en la comisura de sus labios y un ligero apretón de manos.
Si. Definitivamente lo llamaría.

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